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domingo, 27 de septiembre de 2020

Una historia para contar - La ciudad del caos capítulo 2

Una historia para contar - La ciudad del caos, capítulo 2: ¡Hola! De nuevo por acá su servidora Yuliana, trayéndoles el capítulo 2 de "La ciudad del caos", para esta sección del blog Audio games y mas. ¿Espero lo disfruten! La ciudad del caos Capítulo 2 El teléfono sonaba, eran alrededor de las 9 de la mañana. Atiendo y escucho la voz de una niña. Esa voz no me sonaba familiar, ni tampoco el nombre mencionado. -¡Hola! Me llamo Lorena. -Dije yo. -Buenas, me llamo Magalí. -Respondió del otro lado de la línea. Me dijo que quería hablar con mi tía y yo le dije que en esos momentos no se encontraba en la casa, pero que le avisaría cuando aparezca para llamarla. Luego corté el teléfono y me puse a pensar de quién se trataba, si se había equivocado de número o si en realidad mi tía tenía algo que ver con esto. De vuelta en mi cuarto: Tocan la puerta, mi tío se despierta del susto y corre a abrirla. Mi tía había regresado de la panadería. -Traje unas facturitas para acompañar con el mate y un pan francés. -¡Linda tía de mi alma! -¡Mi Lore preciosa! -Hace un rato llamaron al teléfono, pero como el tío no escucha nada que no fuera la puerta en medio de la mañana, decidí atender yo. -¿Y quién era? -Una niña... llamada Magalí. -Ese nombre no me suena, mi queridísima Lore. -Qué raro, me dijo que quería hablar con vos. Es raro la verdad. Y es así que en este edificio, como en los demás, pasan todos los días cosas locas y raras, nada serias. Es así que mientras mis tíos y yo tomábamos el mate, pensé en aquellos videos de bromas telefónicas que ella suele mirar y le dije: -Tía, estoy pensando que esto se trata de una broma que alguien te está o nos está intentando jugar. -No lo creo, mi Lore. seguro es la hija de una de las que trabajan en el supermercado. No sé si el nombre de la niña en realidad es Magalí, pero estoy segura que tiene que ver con alguna de las muchachas. -Respondió. De pronto, escucho la puerta y salgo a abrirla. -¿Se encuentra la señorita Soledad Hernández por acá? -Sí, enseguida le aviso que tiene visitas - Le respondí. Salgo de allí y me dirijo hacia el cuarto de mis tíos y descubro que mi tía está allí. Entonces le aviso que tiene visitas. Luego me voy a mi cuarto a leer las noticias en mi celular. De repente, descubro algo muy raro. "Niña desaparecida desde este martes. La niña debe tener unos 8años y responde al nombre de Aldana". Lo más raro de la noticia, fue que el rostro de la niña perdida es igual al de Magalí. Voy hacia el comedor donde se encuentran los demás con el teléfono en la mano y me siento junto a mi tía en el sillón grande, no sin antes saludar. -Tía, conoces algo sobre esta niña? -Le pregunté mientras le mostraba la foto. -Ah, creo que... ¿Magalí? ¿No serás tú la de la foto esta? -Le preguntó mi tía. -¡No, jajaja! Mi mamá me mandó a llamar a tu casa y me pasó la dirección para que viniera a hablar contigo, Soledad. -Respondió ella. -Ah... -Dijo mi tío sorprendido. -Resulta que mi mamá hace poco tiempo quedó sin trabajo y para colmo, sin dinero para mantener la familia. Por lo tanto, tenemos que pedir comida a los vecinos del edificio. Pero resulta que la semana pasada un vecino reclamó junto con otra banda de vecinos de la comunidad a la policía, que había una familia que se dedicaba a robar comida a los demás inquilinos del edificio y temo a que nos hayan denunciado a nosotros. Por cierto, la policía ya está encargándose de buscar a esa familia. -Ah, se nota algo muy raro esto. -dije yo. -Sí, lo es. -dijo mi tía. Pronto, otro golpe de puerta. -¿Hola? -digo yo mientras abro. -Hola, somos de la seccional de policías nº 1 de la ciudad. -dijo el hombre con voz seria. Venimos a interrogar a una chica que, según me contaron, anda en esta casa dándose un paseo. -Sí, soy yo. -responde Magalí. Resulta que vengo a pedir fiado algo de comida a la mamá de una amiga y... el policía interrumpe: -Resulta que nos llegó una denuncia de la comunidad que hay una familia en este edificio que se dedica a robar comida y ropa a todos los vecinos y pensamos... que tú debes conocer a esa familia. -No, señor. Definitivamente no los conozco y simplemente me enteré por medio de mi padre de este caso. Fue que a él se lo contaron. -dijo Magalí. En la casa de Magalí: -Amor, estas velas nos servirán mientras las tengamos durante la noche. Es que ya de tantos meses sin pagar la luz nos la cortaron. Además, el ex dueño de esta casa que compramos no sabe que nosotros le robamos comida y ropa a los vecinos del edificio. -dice la madre de la chica. -Ah, sí. Espero que nuestra hija no ande contando todo esto de que somos nosotros a los tíos de su amiga... o sino, ya sabes qué va a pasar. -responde el padre. -No amor, solamente nada de preocuparte por esto, ya le di una excusa a nuestra hija para que se las cuente a los tíos de Lorena. Y es que les contará lo de nuestra situación de pobreza. Pero en vez de decirles que nosotros robamos a los vecinos, les dirá que nosotros simplemente pedimos comida y pedimos fiado en vez de robar. También les dirá del caso de una familia a la cual la policía anda buscando por robar ropa y comida y que ella simplemente no conoce a dicha familia. De pronto el muchacho se va al escuchar algo raro. Los padres de Magalí. hablando sobre algo. Entra a la casa y los interroga. -¿Así que ustedes se dedican a robarle cosas a los vecinos? -Eh... ¿Cómo se enteró? podríamos no ser nosotros... Un video, señor... Así que cero palabras ahora, andando. -¿A dónde? A la cárcel. Tienen prohivido despedirse de su niña, ella es inocente y no se merece algo como lo de ustedes, así que... ¡vamos, andando! Pronto encontraremos un hogar para la niña... -responde el ayudante del policía. ¡La niña se quedará aquí mientras tanto ordenemos todo esto! dice el primer policía gritando. Magalí no llora. En fin, está tranquila en nuestra casa sabiendo que sus padres se lo buscaron por andar robando a gente en vez de buscar otro trabajo, lo cual no hicieron. Ella es inocente y no le gustó la actitud de sus padres.

sábado, 26 de septiembre de 2020

Una historia para contar

¡Buenas! Soy Yuliana Peralta. GHoy les vengo a traer una nueva sección al blog, dejando un poquito la tecnología. Esta nueva sección se llama, "Una historia para contar". Primero que nada, quiero agradecer a mi amigo Jesús galletto por permitirme colaborar con este blog. Ahora sí, comencemos. En esta primera parte, les traemos una historia por capítulos llamada "La ciudad del caos. Es una mezcla de realidad y ficción, aunque más basada en la realidad. En primera persona. La ciudad del caos Capítulo 1 Creado por: Yuliana Peralta

Hola, soy Lorena. Tengo 13 años. Mis padres me abandonaron hace unos años, cuando yo tenía 5. y ahora estoy viviendo con mi tía. Gracias a dios tengo parientes, porque de no ser así estaría en un horfanato en este momento. La semana pasada, mi tía se compró un auto nuevo, pues el de ella se había roto y dijeron que ya no tenía arreglo. Con ese auto nuevo salimos a pasear durante los fines de semana, y con ese mismo conducimos hasta la escuela secundaria a la que voy. Antes de que mi tía se compre el auto, nos habíamos mudado (2 meses antes de que se rompa el anterior) a una ciudad a la que todos conocen como la ciudad del caos porque hay edificios en los que generalmente suceden cosas raras... y es uno de esos edificios al que nos mudamos. Recuerdo ese día como si fuera ayer y estaba emocionada por entrar a mi nueva casa y conocer nuevos vecinos. Se me olvidaba decirles que yo soy más de socializar con gente de mi edad o mayores y ningún síndrome tiene que ver con eso, pero es lo que me gusta y nadie puede criticarlo. Es así que una mañana, en pleno silencio, me levanto y escucho un "¡Boom!" Salgo y veo a mi tía asustada, le pregunto... -¿Llamo al médico, tía? -No, amor. Estoy bien, solo que algo asustada, tu tío me asustó con la puerta del baño... -A mi igual... o eso creo... Jaja. Salimos de allí y escuchamos un maullido, ella dijo: -Amor, voy a darle de comer al gatito, ya regreso. -OK, tía. Te espero mientras... -Interrumpe antes de que dijera lo último. -A comprar palmitas... -jajaja, voy, adicta a las palmitas... De repente, al salir del apartamento, justo en el ascensor, veo a una chica. Se llama Clarita... o clara, lo dicho es que le dicen Clarita. En fin, me saludó de tal manera desubicada que aparece su mamá antes de que pudiera entrar al ascensor. -¡Mira quién anda ahí! Nada más ni nada menos que la huerfanita piojosa esa... -me dice, a lo que inteligentemente reprendo con un: -¿ah, así que te crees que tenés todo? Tengo a mi amada tía, y no digas cosas que no son. Andá al horfanato que está a 2 cuadras y ahí verás quiénes sí son los huerfanitos. No tienen ni papá ni mamá, no están parientes junto a ellos y están a cargo de ellos, un personal que no es familia real de ellos. Luego serán elegidos como hijos adoptivos de algunos candidatos que quieran. Pero vos y yo, no somos ese caso. De pronto, la mamá de la chica, sale del apartamento y se encuentra ya en el pasillo escuchando la pelea y la manera inteligente que tengo de responder a insultos a mi edad. ¡Lore! Perdona a mi hija. Es media loca, no como Paula, su hermana. Esta tan solo tiene 8 años pero se comporta peor que un bebé... ¿Qué necesitás? No precisás ir al local de la calle 32 para comprar, tengo un almacén en mi casa. -Vero, dame unas palmitas, porfa. Ok, enseguida te las traigo. Y nuevamente, perdona, Clara es así, media loca de la cabeza. A Vero la conozco desde hace mucho tiempo antes de mudarnos a estos lados, es la mamá de Paula, mi compañera de clases. Y por casualidad, nos mudamos la misma semana, solo que en días diferentes. Es así que me entrega el pedido y vuelvo a mi apartamento. La tía me espera. -Linda, ¿Por qué tardaste? -Tuve una pelea seria con la hija de Vero antes de intentar bajar a la planta baja, a tal punto que Vero me dijo que le compre a ella, que tiene un almacén en su propia casa... -La Clara esa... qué hizo o dijo ahora? -Bueno, quisiste decir, qué dijo. Me trató de huerfanita. -¿Y vos, qué le respondiste? -Le dije que es una loca, le di el ejemplo de los huerfanitos del hogar que queda a 2 cuadras. De pronto la mamá de las chicas salió, retó a Clara, la mandó a su cuarto y me atendió amablemente. -Bueno, amor. Hoy a la tarde veremos si podemos tener una conversación seria con ella. A ver qué pensás, mi preciosa. -Me parece buena idea, aunque no creo que Clara... -interrumpe... -Clara nada, ella va a tener que pedirte disculpas por el insulto, debe reconocer que te ofendió y eso duele. Duele más que una espina en el dedo... digo... No tenía nada más que negar, así que fuimos a la casa de ellas. Paula nos atendió. -¡Mi loca! -Dije yo. -¡Mi loca! -Dijo ella. -Pasa, acá estamos. ¿Qué pasó? Mi tía entró luego. -Bueno, lo que pasa es un terremoto llamado... jajajaj, mejor no lo digo... -Ah, sé de quién hablás. Ella ofendió fuertemente a tu sobrina, la relajó todita, ¿sabés? -Sí sí, me he enterado de todo. Mala niña la verdad. Antes de aprender a leer o escribir, debe aprender a ser buena chica y educada. -Sí, ya lo sé, Soledad. Sé bien como madre que soy, que debo educar a mis hijas y enseñarles el lado amable de la vida. Es así con Sofi y con Paula. Pero con Clara es como si nunca aprendiera nada. Siempre te viene con algo, habla con palabras subidas de tono a sus amigas y hermanas, especialmente a Sofía. La cuestión es que mi tía y Vero siguieron discutiendo hasta que llegó a tal punto de mantener a la chica bien vigilada, procurando que no salga sin permiso, o de lo contrario tendría tremendo castigo.